miércoles, 18 de julio de 2012

La casta autonómica, recomendación veraniega

Hoy hablamos de una de las lecturas del verano. Un libro de Sandra Mir y Gabriel Cruz: "La casta autonómica. La delirante España de los chiringuitos locales". Parece un chiste, pero es la triste realidad que nos rodea y que nos lleva a estar como estamos, en un país de pandereta.



Os dejo con la introducción...

¿Qué es más barato? ¿Una ambulancia que recorra sesenta kilómetros o una que se traslade a trescientos?

¿Sabe en qué pueblo salió elegido un concejal de Medio Ambiente condenado por pirómano?

¿Puede liarse un policía autonómico a mamporros contra un policía nacional por inspeccionar una pollería?

¿Es verdad que las abejas son diferentes en cada autonomía?

¿Se puede hablar de un trasvase sin mencionar la palabra trasvase?

¿Puede un pueblo parar un gran plan energético?

¿Cuál es el cargo en la administración con la carrera más fulgurante y el peor expediente académico?

¿Cómo se suspende en Valencia un examen de sobresaliente?

¿Quién ha pagado un aeropuerto que sólo sirve para que los vecinos del pueblo entren a pillar el wi-fi?

¿Qué comunidad compró un tren sin tener hechas las vías?

¿Cuál adquirió tantas mascarillas y guantes como para soportar la tercera guerra mundial?

Consuma este libro con moderación porque le garantizamos que es el paseo más surrealista a través de nuestra administración autonómica y local. Pese a que su ironía le haga sonreír, es un dibujo riguroso de este país pintado con hechos reales.

Bienvenido a la realidad de nuestra casta autonómica, el lugar donde se tienen más o menos derechos dependiendo de donde se haya nacido. Al finalizar su lectura, lo único que le quedará por preguntarse será: ¿y yo estoy dentro de este invento?
Y uno de los mini-episodios para abrir boca...

Hacienda somos todos, pero pagamos diferente

Siempre dicen que está mal hablar de dinero, pero seguro que le ha picado la curiosidad. Un compañero de trabajo o un familiar que reside en otra comunidad suelta en una comida:
-Pues a mí, Hacienda me ha devuelto dinero.
-Pues a mí... bueno...
Esa cara de primo que se le queda a uno es difícil de disimular.
¿Cómo lo hace? Pensará usted corroído por la envidia. Este cobra lo mismo que yo, su mujer cobra lo mismo que la mía y tenemos el mismo número de hijos, poseemos las mismas cosas... ¿Cómo lo ha hecho? Pues viviendo en otra comunidad.
En la práctica, en España no hay unidad tributaria. Una misma familia puede encontrarse con diferencias de hasta 3.000 euros en su decalración de la renta, según la región en que resida. Algunas tienen altas deducciones por vivienda. Incluso si tiene pensado morirse, vaya pensando desde dónde quiere pasar al otro mundo. Porque dependiendo de cada comunidad autónoma pagará impuestos de sucesiones diferentes. Morir no vale lo mismo en Madrid que en Barcelona. Hagamos un ejercicio práctico. Un padre muere en Barcelona y deja d eherederos a sus dos hijos a partes iguales y el seguro de vida a su esposa.
Estos son sus bienes:
El total de la herencia son 1.200.000 euros. ¿Sabe cuánto pagarían los hijos en impuestos en Madrid por una herencia como esta? Alrededor de 2.000 euros. En Cataluña, alrededor de 200.000. Un 99% por ciento más. Así que si está pichí pachá y es catalán, deje la tierra y el Barça a un lado y hagáse capitalino y  madridista en sus últimos minutos de vida; los suyos se lo agradecerán. Por cierto, en estas comparativas no se han podido incluir ni al País Vasco ni a Navara, pues su régimen forl les da una autonomía tan exclusiva que es como si habláramos de regímenes fiscales de dos países extranjeros.
Esto a nivel particular, pero si nos vamos a la tributación de las empresas, las cosas son iguales. Hasta el punto de que dentro de una misma provincia se puede dar una especie de paraíso fiscal, según las tasas locales. Un ejemplo muy claro es el de los impuestos de circulación. En el caso de Madrid, las empresas de alquiler y renting de vehículos trasladaron su domicilio fiscal a pueblos colindantes donde ese impuesto es hasta siete veces menor, como en el caso de Robledo de Chavela. La consecuencia era previsible y los coches de alquiler que tributaban en Madrid pasaron de 47.499 en 2001 a únicamente 426 en 2010. Conclusión, cerca de 20,7 millones de euros que desde esa fecha no entran en las arcas de Madrid. El caso acabó en los juzgados, pero estos negaron la razón al ayuntamiento de la capital.
Sin embargo, otras comunidades se pasan y desde el gobierno central se deja hacer. En los años noventa, en el País Vasco, se rebajó el impuesto de sociedades a las nuevas empresas que se radicaran allí. Así que muchas de las que estaban en comunidades limítrofes se mudaron. El nombre que se le dio a esta maniobra lo dice todo: "vacaciones fiscales". Frente a las protestas de las autonomías colindantes que vieron cómo emigraban sus empresas, ¿cree que fue el gobierno central el que puso paz? No, como siempre tuvo que ser unorganismo europeo, en este caso la Comisión Europea, la que zanjó el tema. En julio de 2011 sentenció que las vacaciones fiscales vascas son ilegales. Así que multa para España de 40 millones de euros y 250.000 euros por cada día de retraso en la devolución. ¿Multa para España? ¡Si fue el Gobierno vasco el que la lió! Sí, pero la UE solo reconoce un interlocutor, en este caso al gobierno central, así que a pagar como siempre usted, sin comerlo ni beberlo.

Lo mejor de todo es que tienes una edición digital totalmente gratis para que te la puedas descargar aquí.

Besitos y hasta pronto!!

Hi dears!

Today we are talking about an spanish book called "La casta autonómica". It is quite difficult to translate it so I am sorry about that.

It speaks about the spanish political situation, that is too much funny and ridiculous to be real, but it is.

Thanks for reading!

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